Cuando descubres que tendrá lugar el 1er Congreso de Vinos Andaluces sólo puedes llenarte de orgullo y satisfacción y, cuando además, te invitan a las catas la ilusión te rebosa a borbotones. Así que nos armamos de nuestro paladar, de nuestro olfato y de un boli bic para disfrutar de unas jornadas estupendas en las que pudimosaprender disfrutando de generosos, olorosos, soleras y tradición. Entre las paredes de la 4ªplanta del Círculo de Bellas Artes se respiraba un aire de Moscatel de Alejandría, Palomino, Pedro Ximénez y orgullo de vino andaluz. La tradición se hacía un hueco en cada una de las catas que abarcaron tanto temáticas amplias como suelos y pagos o fermentación oxidativa como temáticas específicas de las denominaciones de origen. Recorrimos Andalucía con nuestros sentidos desde el Condado de Huelva con su vino Pálido hasta Málaga con su Pajarete o su Vino Pasa, pasando por Cádiz y su Jerez y Montilla-Moriles con su Amontillado. Todo un recorrido de sabores en términos de olorosos y generosos que traducía la cultura del vino con sabor andaluz.
El primer día abrimos boca con la cata de Peter Liem y la Crianza biológica, seguimos con la explicación de Manuel de la Cruz Infante Escudero sobre la D.O. Condado de Huelva donde descubrimos el Vino Naranja (ojo que no DE naranja, como bien nos señaló el ponente) y cerramos el día con el viaje por los vinos de Pedro Ximénez que nos presentó Francisco del Castillo García. Una jornada, sin lugar a dudas, en la que disfrutamos, catamos, aprendimos, bebimos y, sobre todo, pudimos oír a unos grandes profesionales que nos transmitieron que los vinos, como decía Francisco, no son para uso de boca, sino que forman parte de nuestra cultura.
El segundo día Ramiro Ibáñez y Willi Pérez realizaron un recorrido por los suelos y pagos de los vinos tradicionales andaluces, donde pudimos ver, oler y catar los diferentes sueños del terruño andaluz. Seguidamente Telmo Rodríguez hizo de maestro de ceremonias con el objetivo de hablar y hacer hablar a los bodegueros invitados en la sala sobre los vinos que había pensado catar en su conferencia. Y cerramos la velada con una cata estupenda sobre los vinos de la D.O. de Málaga, tan sólo echamos en falta catar algún vinito de Manilva, tal vez se personen en el II Congreso de Vinos Andaluces.
Por último, el tercer día, Pudimos disfrutar de una cata sobre la D.O. de vinos de Jerez que nos dejó una frase polémica sobre el “porqué los jerezanos inventaron el sistema de solera, porque, según Beltrán Domecq Williams: con esto se llega al fin del mundo”. Seguidamente, cerraron las catas José Ignacio Santiago Hurtado, Juan Luis Asenjo Acosta y Francisco del Castillo García, tres visiones distintas, pero complementarias, sobre la D. O. de Montilla-Moriles. Una cata en tres tiempos que nos dejó vinos que, en palabras de Juan Luis Asenjo, eran “pasos de Semana Santa que llevas tú sólo”. Un maridaje estupendo que nos dejó un muy buen sabor de boca.
Paralelamente al Congreso, en la 2ªPlanta del Círculo de Bellas Artes tenía lugar el Salón de vinos generosos donde pudimos catar más variedades, hablar con los bodegueros y concertar alguna visita para el blog. Un lugar de encuentro distendido y con sabor a Andalucía.
Hemos tomado muchos apuntes sobre todos y cada unos de los vinos catados, para ir aprendiendo cada día un poquito más sobre el vocabulario que va ligado a este tipo concreto de vino, los aromas que podemos distinguir, el terruño que se presenta en boca y otras muchas cosas más, pero como no queremos aburriros nuestro resumen se queda aquí. Y, bueno, si tuviésemos que quedarnos con un vino destacaríamos el Vino Maestro de la D.O. de Málaga, porque se trata de un vino que estuvo en desuso durante un tiempo y que acaba de ser rescatado por la Bodega Dimobe, bodega familiar situada en la Axarquía.
Y para vosotros, ¿cuáles son los mejores vinos andaluces?