Winemorning winelovers,

El fin de semana pasado paseábamos por Aranda de Duero cuando de repente vimos: “Vinos Sonoros” sábado 10 de noviembre y… ¡cómo no! No pudimos resistirnos. Compramos nuestra entrada y… pudimos disfrutar de este proyecto de la sumiller Pilar Cruces y del Trío Portamento en el que la música y el vino se funden y se confunden.

En nuestra sesión, el programa recorría desde mediados del siglo XVIII hasta la actualidad. Este trío de clarinete, piano y violín abrió la sesión con un guiño a Mozart tocando un fragmento de “Trío en mi bemol mayor, Kegelstatt, K498” que fue acompañado de un Cava Brut Nature Rosé de la bodega Gran Caus. Se trata de un vino espumoso gran reserva que fue maridado con frutos rojos para situarnos en la corte dieciochesca en todo su esplendor. Debemos confesaros que nos pareció un cava rosado muy especial, porque tal y como podéis observar en la tonalidad del rosado de la foto, se trata de un espomoso muy vínico que nos sorprendió, y muy gratamente.

Seguimos con una composición de Max Bruch: “Ocho piezas para clarinete, viola y piano, Op. 83”. Atrás dejamos los tiempos del mecenazgo del siglo XVIII y nos adentramos en un momento en el que se aboga por la libertad del creador y, por ello, la sumiller propuso catar La Maldición Malvar de Valdilecha. Un vino blanco elaborado en Vinos Madrid con mucho carácter que maridó con un queso Cheddar de 15 meses de maduración que nos cautivó. El color del vino y su sabor intenso nos invita a maridarlo con sabores intensos, y por ello este maridaje nos pareció todo un acierto.

Para entrar en el siglo XX, este trío presentó una selección de dos Tangos emblemáticos: “Por una Cabeza” de Carlos Gardel y “Verano porteño” de Piazzolla. Con esta composición musical se pretendía situarnos en un contexto musical de tabernas y sensualidad a finales del siglo XIX y principios de XX, por ello la propuesta de cata fue un Bourgogne del Domaine Faiveley. Un tinto, en efecto, que no nos dejó indiferente.

Para terminar, nos ofrecieron un fragmento de la banda sonora de la película de Gladiator, “B.S.O. Leyendas de Pasión”. Una película que vitícola ha visto “cienes y cienes” de veces, por lo que esta elección le pareció muy acertada, ya que se trata de una manera de poner en relieve el papel tan importante que juega la música en el séptimo arte y a la actualidad. Para esta ocasión, la sumiller nos propuso un Château du Vieux Moulin D.O. Loupiac. Un vino blanco dulce que nos recordó a los vinos de Sauternes y que, ¡cómo no!, fue maridado con macarons. De tal manera que propusieron un broche final dulce para esta agradable velada.

Aquí os dejamos una foto que representa el final de esta propuesta arriesgada y divertida en la que nos sentimos muy a gusto:

Una experiencia muy recomendable, sin lugar a dudas. ¿Cómo? ¿No conseguís haceros una idea? Entrad en nuestro Instagram, ya que allí vamos a compartir hoy mismo unos fragmentos de estos “Vinos Sonoros”.

¡Chinchin!