Vitícola: Cuando ves un vino azul en las baldas de tu bodega habitual lo primero que surgen son dudas: ¿cómo lo habrán conseguido? ¿A qué sabrá? ¿De qué uva será? Pues bien, tal y como hemos podido descubrir el color azul se consigue a partir de las antocianinas que se obtienen de la piel de la uva. En cuanto al sabor, sólo podemos decir que se trata de una experiencia curiosa. Personalmente creo que disfrutamos de los placeres gastronómicos a través de todos los sentidos y, en el caso del disfrute de un vino, intervienen especialmente el gusto, el olfato y la vista, y si me permitís el oído también juega un papel importante en el descorche. Dicho esto, os voy a confesar que, de no haber sabido que era un vino, en una cata a ciegas hubiese pensado que se trata de una bebida refrescante, ya que por el sabor y el olor nunca hubiese detectado que se trataba de una copa de vino, pero yo…no sé de vinos, hihihi… Y vosotros, ¿os atrevéis a probar este tipo de vino?
Vitícolo: He de decir que este vino no me ha gustado, imagino que tendrá su público pero no soy yo. No se parece ni al vino blanco ni al tinto, tiene un sabor peculiar. Aunque no hay que obviar que este vino tiene un toque exótico y el color azul sin duda es singular. Me surgen muchas dudas sobre su elaboración, parece ser que estos vinos se elaboran como los blancos y que el color azul es gracia a la antocianina, un pigmento natural, pero seguiremos investigando.