Esta fue nuestra primera cata online del confinamiento. Esta estaba moderada por Jonathan, uno de los socios fundadores de Masmar y organizadores de eventos gastronómicos en Alicante que no han dudado en reinventarse durante el confinamiento, y Javier el sumiller de la bodega invitada. La bodega elegida para esta cata fue Martín Códax una de las bodegas más conocidas del paisaje gallego y Javier, su sumiller, fue el encargado de hacernos disfrutar de un momento muy agradable.
Los vinos que catamos fueron:
El Albariño Martín Códax, el Godello de Monterrei Mara Martín y su tinto del Bierzo Cuatro Pasos.
Siguiendo este orden, el primer vino catado nos transportó a la cuna del Albariño y, desde el confinamiento, pudimos sentir el carácter atlántico que le da la brisa marina a la vid. Nos gustó mucho aprender que esta bodega depende del trabajo directo de unas 50 familias que decidieron trabajar de manera cooperativa. Dicho esto, y volviendo un poco al vino vamos a dividir en tres las fases de la cata:
- La fase visual: Se trata de un vino con un amarillo vivo, limón según dijo el sumiller, que no tiene tonos verdosos que indican juventud.
- La fase olfativa: Estamos ante un vino fragante con una intensidad media-alta. Según el experto tenía aromas a limón y a manzana tipo reineta con poca acidez, aunque a mí me recordaba a los nísperos jugosos y sabrosos que comíamos del árbol y a frutas de hueso tipo nectarina o melocotón. Con todo, he de decir que son frutas que me gustan mucho y que me recuerdan al verano, así que ya podéis adivinar que este vino me gustó mucho.
- La fase gustativa: Llegados a este punto, sólo decir que se trata de un vino fresco, con muchas caudalías según el experto, lo que dicho de otra manera es un vino largo y persistente en boca durante un tiempo.
Aquí sólo queremos destacar su corcho, porque no sólo presenta las notas de una melodía medieval, sino que además tiene un lacre especialmente diseñado para ser extraído junto con el corcho.
El segundo vino, Mara Martín, nos llevó hasta la D.O. de Monterrei con este Godello amarillo pajizo con reflejos dorados. En nariz, la monovarietal es voluminosa y llena la boca con sus notas frutales, dejando un retrogusto muy marcado a albaricoque y, según el sumiller, tal vez también a un cítrico amable como el pomelo.
Por último, catamos Cuatro Pasos, un vino capa media alta con tonos violáceos que denotan la juventud de este vino del Bierzo. En nariz es un vino fragante en el que destacan aromas frutales como la cereza e incluso a flores como la violeta. En boca, es un vino ligero que no es excesivamente estructurado, pero que es franco y no busca esconder su juventud. Para nosotros es un vino estupendo para tapear en la barra de un bar en cuanto podamos. A mí me ha gustado mucho, aunque no sé si es porque de verdad me ha gustado o si es porque después de los tres vinos (que yo no cato, conste, yo bebo) ya estaba en modo me gusta todo. En cualquier caso, os invitamos a darle una oportunidad a los vinos del Bierzo porque tienen mucho que decir.