Esta cata estaba organizada por Fever y por Bodegas Naranjo, con su marca Lahar de Calatrava. Se trata de una apuesta de la bodega por un terruño, el Campo de Calatrava, profundamente marcado por su carácter volcánico.

Recordemos que se trata de una de las tres regiones volcánicas de la Península y, por las características de la tierra, sus vinos transmiten esta mineralidad de la tierra.

Empezamos la cata con el espumoso rosado de la marca, seguimos con su blanco elaborado a base de Moscatel de Alejandría y Macabeo y acabamos con su tinto de Tempranillo.  En el caso del espumoso sólo podemos decir que tiene un marcado color frambuesa y que presenta una burbuja persistente. En boca es un vino afrutado y floral de marcado carácter mineral.

Después disfrutamos un poco de música flamenca en directa y pasamos a un vino blanco seco y aromático de color amarillo pálido con ribetes verdosos que marcan su juventud. A mí me suele gustar el aroma de la moscatel en los vinos y como éste no es estremadamente seco, creo que resulta ser agradable en boca.

Por último, catamos el tinto elaborado a base de tempranillo. Se trata de un vino joven con 60 días de crianza, de color cereza picota intenso con ribetes violáceos.

En esta cata, a diferencia de la primera, éramos muchos y no pudieron responder a las preguntas que hacíamos desde el público, pero, sin lugar a dudas, el grupo de flamenco nos dejó con un muy buen sabor de boca.