Vitícolo: Compramos este vino en una visita a la bodega, que además de bodega es restaurante y de los buenos, con especialidad en cordero asado típico de la zona. Está en el pueblo de La Vid, un nombre muy acorde para la zona que se encuentra al lado de Aranda de Duero, zona vinícola por experiencia.
No es un vino fácil de encontrar en las tiendas, parece que no se comercializa mucho y que se trata de una producción pequeña.
Este vino no defrauda, es un muy buen crianza de Ribera del Duero, con un sabor muy cálido y agradable, es un vino ideal para combinarlo con un buen asado o con carnes de sabores fuertes. No está elaborado únicamente con Tempranillo, lo han elaborado también con una pequeña catidad de unva Merlot y Cabernet Sauvignon.
Vitícola: Se trata de un vino que me gustó mucho desde que sentí su aroma al servirlo. Según los entendidos tiene un recuerdo a trufa negra y, aunque mi olfato inexperto no llega a distinguir este aroma, me encanta este producto, por lo que es muy probable que este aroma haya desempeñado un papel importante en mi percepción. Por otra parte os voy a confesar que a medida que vamos compartiendo con vosotros nuestros descubrimientos voy aprendiendo mucho sobre mis propios gustos y me he dado cuenta de que es habitual que me gusten los vinos afrutados que para los expertos enólogos presentan un toque especiado y éste presenta un toque dulzón -de vainilla y canela- que me encanta.
Además, quería contaros que esta cosecha fue considerada excelente y, de hecho, fue premiada con la Medalla de Plata en el “Concurso Mundial de Bruselas de 2012” y como Medalla de Plata también en el “I Certamen de Mejor Vino Español para USA 2012”. Por ello, si queréis acompañar una buena carne no dudéis en descorchar este vinazo.