Vitícolo: La zona de Jumilla es espectacular, es el tipo de zonas que nos encanta catar para el blog. A nivel nacional sus tintos no son tan conocidos como Rioja o Ribera del Duero, pero esta zona tiene tanta historia como las anteriormente citadas y saben elaborar muy buenos vinos.
Este vino me encanta, no sólo su sabor redondo y equilibrado, sino porque está elaborado con variedades de uvas prefiloxeras. La filoxera fue una plaga procedente de América que afectó a las uvas europeas. Para no perder nuestras variedades autóctonas, la solución fuer realizar injertos de nuestras variedades en pies Americanos que ya eran resistentes a esta plaga. No obstante, hubo pequeñas zonas que resistieron a esta plaga y este vino es un claro ejemplo de esa resistencia porque está elaborado con esas plantas que resistieron, es decir las vides y sus pies son 100% autóctonas.
Vitícola: Descorchamos esta botella para acompañar un crepe dulce, algo osado, pero funcionó. Se trata de un vino equilibrado y agradable que deja sentir su crianza de 8 meses en barrica de roble francés y americano. Debemos destacar que este vino ha sido elaborado con uvas de viñedos de pie franco de más de treinta años de antigüedad, lo que quiere decir que es una única planta.
Además, este vino ha sido premiado en diferentes añadas con premios nacionales e internacionales. En 2015, por ejemplo, obtuvo la Medalla de Plata en el Concurso Mundial de Bruselas. Por todo ello, sólo podemos animaros a que salgáis de las regiones vitícolas tradicionales para darles la oportunidad a otras denominaciones de origen que no tienen nada que envidiarle.
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